viernes, 13 de marzo de 2009

El lugar de la causa: dos versiones del inconsciente

En el presente trabajo, intentaremos dar cuenta de aquellos interrogantes que nos han surgido a partir de distintos contenidos de la materia.
Durante las clases prácticas aparecieron diferentes opiniones entre los colegas acerca de si la realidad material del acontecimiento traumático está o no perdida (Caso Emma)
A partir de ello, nos preguntamos qué importancia teórica tiene esta formulación, y qué implicaciones distintas derivarán en la clínica.
La forma de pensar la historia de un sujeto, y qué papel juega en su neurosis, va a estar íntimamente relacionada con la noción de inconsciente y de transferencia que manejemos, teniendo consecuencias en la dirección de la cura.
Por historicismo entendemos la búsqueda de hechos en el pasado, como una forma de explicar los padecimientos del presente. Una versión popularizada, quizás por los primeros tiempos de un Freud preocupado por la historia, por la recuperación de la verdad de lo sucedido, buscando la causa de las neurosis en el trauma acontecido.
Era necesario que el paciente recuerde y, para ello, se lo presionaba para que hable sobre lo que consideraba era la causa de su síntoma. Se trataba de un inconsciente descriptivo, por oposición a lo consciente.
A través del recuerdo trataba de acceder a la verdad de ciertos hechos traumáticos. La técnica utilizada, llamada "hipnótica", presuponía restablecer la continuidad histórica que se hallaba fragmentada por la represión.
"Las histéricas me mienten" inaugura la fantasía como concepto estructural, lo que hace cambiar la clícica. Ya no se tratará de recordar un suceso traumático. El hecho queda perdido. Se reconstruye a través de la fantasía. En esta línea, la conceptualización del mito, como aquello que viene a dar cuenta de los orígenes, injerta orden, coherencia, verosimilitud, articulación narrativa, que atenúa el efecto traumático de lo real inefable.
Al principio todo era recordable para Freud. Luego dirá que el enfermo no puede recordar todo lo que hay en él de reprimido, más bien, se ve forzado a repetir lo reprimido. Aún así, como dice Braunstein, "se encuentra esta ilusión de la historia rellenada, que pondría freno a la compulsión de repetición".
Si nos oponemos a pensar que los acontecimientos pueden dar cuenta de la neurosis, debemos explicar sobre qué bases sostenemos esta afirmación. Para ello, nos referiremos a la Carta 52, donde la inscripción del objeto en el aparato psíquico implica su pérdida. El mundo externo está mediatizado por representaciones.
Percepción-Conciencia no tienen una relación directa, no hay una adecuación sujeto-objeto. El aparato psíquico funciona bajo la condición de que algo esté perdido.
A pesar de esta teorización, Freud continúa sosteniendo, a lo largo de su obra, una posición historicista con relación a la causa.
Una cosa es lo que enuncia teóricamente y otra, es lo que hace en la clínica. Teoriza el "objeto perdido" como vimos en la Carta 52, como el posibilitador del funcionamiento del aparato psíquico. El sujeto deseante irá detrás de objetos, subrogados de aquél objeto de la experiencia de satisfacción. La experiencia mítica de satisfacción es irrecuperable, y el sujeto intentará siempre restablecerla en forma fallida. En la clínica, sin embargo, Freud mantiene la ilusión de encontrar la escena (por ejemplo la escena de seducción)
Ya sea a través del recuerdo, o de la construcción, trata de recuperar algo de lo acontecido traumático. En "Construcciones en psicoanálisis", la recuperación de los recuerdos era el "consabido propósito del trabajo analítico".
Lacan recupera este concepto freudiano del objeto perdido (Carta 52) y, con las ideas del estructuralismo, le da un nuevo impulso, tratando de superar los impases de la obra freudiana a los cuales nos hemos referido.
Si bien Lacan tomará al estructuralismo, le dará un enfoque particular, porque introduce al sujeto en la estructura. Mientras que la "estructura" que manejaba la antropología y la lingüística implicaban una estructura completa. Pero asimismo, Lacan en su primera época, tenía la esperanza de un real posible de ser conocido. Dice en "Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis": "el análisis no puede tener otra meta que el advenimiento de una palabra verdadera, y la realización por el sujeto de su historia en su relación con un futuro". El inconsciente queda asimilado a la historia.
A lo largo de los años, Lacan se centrará cada vez más en aquello que queda por fuera de la estructura y que él considera su aporte original: el objeto "a", alejándose así del estructuralismo. Este objeto es el que queda por fuera de la estructura y la posibilita. Coincidiendo con Freud, en que el objeto perdido es lo que posibilita el funcionamiento del aparato. La causa no quedará en la historia, sino en la estructura.
¿Cuál es la relación entre inconsciente y estructura?
A partir de pensar el inconsciente estructurado como un lenguaje, la finalidad de Lacan es vaciar al inconsciente de contenidos, éste se produce en las hiancias de la cadena significante. En el Seminario 11 encontramos: (…)"el inconsciente se manifiesta siempre como lo que vacila en un corte del sujeto". Al concepto de inconsciente debemos situarlo en una dimensión sincrónica, nos encontramos con una estructura intemporal, estructura que está siempre y toda allí, carente de sucesión, es la puesta en acto de la realidad del inconsciente.
Tomaremos ahora un fragmento de película, lo cual nos servirá para formular tres interrogantes: ¿Qué noción de historia está implícita? ¿Qué idea de inconsciente? ¿Cuál es el objetivo al que apunta la dirección de la cura?
Se trata de "El Príncipe de las Mareas". Una terapeuta, frente al intento de suicidio de su paciente, imposibilitada de hablar, busca al hermano de ésta. Con él intentará reconstruir el pasado de los hermanos y así comprender las razones que llevaron a su paciente a aquella trágica decisión. En un pasaje de la película hay un diálogo entre la terapeuta y el hermano gemelo de la paciente:
Él pregunta: ¿Qué quiere de mí?
Terapeuta: Información…Sólo fui terapeuta de Savannah (la hermana) durante unos meses y necesito saber tanto más sobre ella, sobre su niñez… Y ella no puede decírmelo porque tiene partes de su vida bloqueadas. Entonces, necesito que Ud. sea su memoria en un sentido, y complete los detalles que faltan.
Traemos este ejemplo para centrarnos en la maniobra que efectúa la terapeuta, qué presupuestos teóricos tiene al hacerla.
La historia a rescatar por esta terapeuta estará relacionada con los acontecimientos ocurridos, con la biografía. La causa de la enfermedad pertenece a un pasado reconstruible y ajeno al discurso de la paciente. La palabra queda desvalorizada en tanto que la verdad se busca por fuera de la relación transferencial, y sin que la paciente sea su protagonista. Sabemos que en una análisis el único sujeto que habla es el paciente.
El rastreo de esta "verdad" tendrá la función de otorgar un sentido a la enfermedad. La idea de inconsciente en este ejemplo se puede resumir en la frase freudiana "hacer consciente lo inconsciente", o "rellenar las lagunas mnémicas".
Se trata del inconsciente de contenidos, que aparece en algunos momentos de la obra freudiana, por ejemplo en pasajes de la Interpretación de los Sueños y en el Caso Dora.
Para Lacan, el inconsciente se produce como efecto de discurso, se da entre dos hiancias de la cadena significante, por eso es un fenómeno discontínuo, pulsativo, de apertura y cierre. Su manifestación sólo se da en transferencia, dentro de un dispositivo analítico.
La verdad no será un sentido producido por el analista, no está en una reconstrucción histórica, sino que se dice a medias.
En la dirección de la cura, en este ejemplo, se puede suponer a la terapeuta el sostenimiento del concepto de un inconsciente profundo, que porta una verdad a develar, a través del recuerdo de ciertos sucesos traumáticos.
La transferencia está tomada como la repetición de vínculos tempranos, que deben ser rectificados en el aquí y ahora con el terapeuta, por medio de la interpretación de la transferencia. La terapeuta, aquí, sería capaz de vislumbrar una versión objetiva de la historia y corregir sus distorsiones. De esta manera, queda ubicada en un lugar pedagógico, ofreciéndose como modelo identificatorio.

Trabajo realizado por Alicia Alvarez, Eduardo Briano, Liliana Maio Gabriela Veloz Rua y Gabriela Zonszajn para el Curso de Posgrado del Hospital Ameghino. 1997

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