martes, 13 de octubre de 2009

Clínica de la pulsión: satisfacciones del padecer


El concepto de pulsión es un concepto absolutamente abstracto, el grado de abstracción es el más alto al que se puede llegar en Psicoanálisis. A las pulsiones uno sólo las puede entrever por sus manifestaciones clínicas, tampoco el inconsciente tiene otra materialidad que su aparición clínica y como los conceptos son conceptos absolutamente conjeturales, son abstracciones. El modelo del arco reflejo frente al cual para un estímulo aparece una descarga, no corre para la pulsión.
"La pulsión nos aparece como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma, como una medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón con lo corporal"
Lacan plantea que la pulsión es uno de los cuatro conceptos fundamentales: inconsciente, transferencia, repetición y pulsión. Para Lacan ¿cuándo un concepto es fundamental? Cuando toca lo real. La pulsión tiene que ver con algo que está más allá del lenguaje, que está más allá de lo decible, es real.
Lo importante es diferenciar la pulsión de cualquier otro estímulo externo. Esto lo aclara Freud, no es un estímulo momentáneo ue cesa, sino que es constante, nunca se detiene. No hay alejamiento ni evitación. O sea que, al no haber fuga, la única forma de aplacarla es por la vía de la satisfacción.
"Ese carácter esforzante es una propiedad universal de las pulsiones, y aun su esencia misma". Dice Freud en "Pulsiones y destinos de pulsión".
Hay una relación y una dialéctica totalmente distinta del deseo y de la pulsión respecto del objeto. Si la pulsión es lo que se satisface, el deseo se define por su insatisfacción.
El punto donde la pulsión encuentra su objeto y se satisface en él, se llama "satisfacción pulsional". Este objeto coagulado en el fantasma funciona de un mode gozoso y siempre redunda clínicamente, en sufrimiento, es lo que conocemos como goce.
Si el principio que rige la insatisfacción del deseo es el Principio del placer, el que rige el goce es el más allá del Principio del placer.
Pareciera que hay una serie de fenómenos clínicos que desde la teoría del Principio del placer son inexplicables: repetición, trauma, reacción terapéutica negativa, masoquismo primario, clínica del super-yo, beneficio primario del síntoma, melancolía. Podríamos agregar: adicciones, psicosomáticas, pasaje al acto, acting-out, etc.
¿Cómo provocar en un adicto crónico un efecto sujeto? ¿Cómo hacer conalguien con conductas compulsivas? ¿Cómo trabajar con pacientes psicosomáticos?
Son cuerpos en goce, no son sujetos.


Ese paciente que llega a la consulta porque lo manda el dermatólogo. El analista le pregunta:
¿Cómo anda? –Bien
¿Cómo es su familia? – Maravillosa.
¿Qué lo trae por acá? – Me manda el médico, tengo psoriasis.
¿Tendrá algo que ver con su vida? – Mi vida, todo bárbaro.


El Psicoanálisis tiene un desafío allí. Son pacientes que no traen sueños, ni lapsus, No hay síntoma en el sentido analítico del término, no hay vivencia subjetiva.
Entonces, la apuesta que como analistas ponemos en juego es la de producir un efecto sujeto a través del recorrido pulsional. Que allí se pueda fundar un sujeto, que se dirija al Otro.


Dice Nasio: "con el nombre de formaciones de objeto a, intento ubicar elproblema de esos momentos en la cura en los cuales el paciente hace sin saber lo que hace. Son momentos en los que el paciente actuúa, hace. Las formaciones del inconsciente, por otra parte, son aquellas en las que el paciente dice sin saber lo que dice. El acento en las formaciones de objeto a está puesto en el hacer; mientras que en las formaciones del inconsciente está puesto en el decir".


¿Qué es lo que se ha inventado para retardar el encuentro de la pulsión con su objeto?: el lenguaje. Los caminos zigzagueantes y equívocos del lenguaje. La intersección de la cadena significante con el lazo de la pulsión hacen un camino indirecto, retardan y complican el encuentro de la pulsión con su objeto.

¿Dónde puede el Psicoanálisis tener alguna acción correctiva respecto de la pulsión?


Un paciente dice, que en los recitales de música tecno, no puede evitar aceptar una pastilla de éxtasis. Sólo así puede estar allí. No podemos prohibirle que se drogue, pero le podemos decir que hable sobre ello.


Otro paciente relata en su admisión que no puede dejar de "voltear muñecos" haciendo referencia a rápidos encuentros sexuales en baños públicos. Asimismo demanda al analista una respuesta rápida en torno a la efectividad y duración del tratamiento. Frente a esto, el analista responde que necesita tiempo. Unica manera de poder desplegar la cadena significante.


Pedirle a un paciente que hable, en referencia a Otro, es producir la intersección del lazo de la pulsión con el significante y que en ese punto, el significante produzca equívoco, ambigüedad, produzca desencuentro, que es lo que siempre produce el significante.
Dice Lacan: "La pulsión más verdadera es la de muerte". Pero la pulsión de muerte tiene la posibilidad de modularse de un modo particular en su intersección con el lenguaje.


A veces, es necesario realizar maniobras constitutivas que permitan que un cuerpo "sienta" de otro modo, que se inscriba en un goce no ruinoso.
Irma, 28 años, en sus primeras entrevistas habla poco, llora muy angustiada, necesita ser interrogada. Después de tres meses en la misma situación, la analista, apenas conmenzada la entrevista, vuelve a preguntarle acderca del motivo que la trae a la consulta. La paciente dice: "pensé, que al hablar de las cosas que me preocupan, las podría ver de otra manera"
Llora. La analista, entonces, la invita a concurrir al hospital al día siguiente. Al otro día, cuando vuelve, comienza a hablar.


Hacer que la pulsión no encuentre su objeto sino que lo bordee, nos conduce a la intersección entre pulsión y deseo. Los vericuetos del significante hacen que la pulsión empiece a ondular su trazo, y cambie su dialéctica con el objeto.
La ética del Psicoanálisis pasa por el deseo, no por el sufrimiento.
Cuando el sujeto está tomado por lo pulsional se encuentra en un nivel muy alto de "acomodación" en relación con la muerte. El costo es alto. Ha caído en la más grande de las trampas: las satisfacciones del padecer. Sufre, y como sujeto se encuentra enredado en las marañas de una embriaguez mortífera.


Dice Lacan en el Seminario 11: "Es evidente que la gente con que tratamos, los pacientes, no están satisfechos, como se dice, con lo que son. Y no obstante, sabemos que todo lo que ellos son, lo que viven, aún sus síntomas, tiene que ver con la satisfacción. Satisfacen a algo que sin duda va en contra de lo que podría satisfacerlos, lo satisfacen en el sentido de que cumplen con lo que ese algo exige. No se contentan con su estado, pero aun así, en ese estado de tan poco contento, se contentan. El asunto está justamente en saber qué es ese "se" que queda allí contentado.
En conjunto y en una primera aproximación, diremos que aquello que satisfacen por la vía del displacer, es, al fin y al cabo, la ley del placer – cosa por lo demás admitida. Digamos que, para una satisfacción de esta índole, penan demasiado. Hasta cierto punto este "penar de más" es la única justificación de nuestra intervención".


La tarea del analista es estar allí, para hacer hablar al sujeto amordazado por el letal goce, y para buscar el momento oportuno a la intervención. La tareo será intervenir en el sentido de desbaratar ese montaje, para que el aparato psíquico que tiende estructuralmente a la repetición, soporte el trabajo de la invención.
La clínica del Psicoanálisis nos oferta una táctica y una estrategia, sostenidas en una política, orientadas a intervenir sobre la gramática pulsional, para que invente otro tour.


Bibliografía
Freud, S., Obras Completas, Libro XIV, "Pulsiones y destinos de pulsión", Amorrortu Editores.
Freud, S., Obras Completas, Libro XVIII, "Más allá del principio del placer", Amorrotu Editores.
Lacan, J. Seminario XI "Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis", Capítulo XVIII: "El desmontaje de la pulsión", Editorial Paidós.
Masotta Oscar, "El modelo pulsional", Editorial Catálogos
Nasio, Juan D., "Los gritos del cuerpo", Editorial Paidos.

Trabajo realizado por Eduardo D. Briano, Liliana A. Canavesi y Claudia R. Gielfand en el Curso de Posgrado de Psicoanálisis del Centro de Salud Nro. 3, Dr. Arturo Ameghino, para la materia "La pulsión: problemáticas teóricas y clínicas". Año 2005.

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