Bueno, lo mandé al psicoanalista... porque, después de todo, si una madre no ayuda a su propio hijo, ¿para qué está?.
Otro día viene a casa y me dice: Mamá, el psicoanalista me enseñó que la familia me ahoga. Me voy de casa.
Bueno, le conseguí departamento... después de todo, si una madre no ayuda a su hijo, ¿para qué está?.
También le di plata para el alquiler, el psicoanalista y algo más para divertirse. ¿Para qué necesito yo esa plata? ¿Para qué está la madre?
Otro día me llama por teléfono: Mamá, me estás dando plata para llenarme de culpa. ¡Esa es tu arma!
¿Para qué pelear? ¿De qué sirve? Dejé de pagar el alquiler, el psicoanalista y de darle plata.
Ahora ya pasó un mes. Está en la calle y sin trabajo y el psicoanalista lo persigue para que le pague.
En fin, mientras sea feliz....
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